Viaje Nerudiano

En un mismo día, comenzando en la capital Santiago con la visita a la Chascona: aprovechando que la ciudad no funciona desde muy temprano para obtener cierta privacidad en las dependencias de lo que alguna vez fue el nido secreto de amor para Matilde Urrutia y don Pablo.


En realidad, es una visita al encanto que supo impregnarle Matilde al jardín de la casa a los pies del Cerro San Cristóbal en el bohemio barrio de Bellavista, ya que fue ella la que vivió en la casita hasta mediados de los años 80, fecha de su muerte.

Recibe la casa el nombre en honor a ella y su cabellera desordenada, y es administrada por la Fundación Neruda, al igual que las otras casas que ya pasaremos a describir. La entrada actualmente tiene un valor de 7 000 pesos chilenos (= 8 USD) y abren de miércoles a domingo.

Salimos de la capital con rumbo al suroeste, hacia el litoral de los poetas, denominado así por algunos expositores de este género literario como el mismo Neruda, pero también otros bates como Vicente Huidobro, Nicanor Parra, entre otros. Llegamos a la mística Isla Negra, un balneario bañado por el rudo y siempre agreste mar pacífico.  

Esta casa ofrece un recorrido amplio por sus colecciones y gustos extravagantes, y una visita a su tumba casi marina donde descansa junto a Matilde desde los años 90, cuando amainaban los hostigamientos de la dictadura militar chilena. Tanto en vida como ya muerto, Neruda siempre supo de persecuciones a su persona y a su militancia comunista. Esta es la casa más inspiradora para él, se puede leer más sobre ella en su retrato literario que hizo llamado “Una casa en la arena”.

Seguimos hacia el norte, alrededor de una hora de viaje en auto demora la llegada a Valparaíso y a su casa llamada La Sebastiana. Honra el nombre del arquitecto y está emplazada a 100 m de altura sobre la bahía con una vista prodigiosa a la ciudad puerto y al mar. Intrincada en los cerros permite combinar la visita con una tranquila caminata por los recovecos del Cerro Bellavista y los cerros vecinos.

Las visitas a las casas se realizan con audioguías y recomendamos al final del día pernoctar en Valparaíso. Después de la jornada asoma la pregunta obvia: ¿Cuál de las tres casas le gustó más? Se puede reflexionar sobre la respuesta con una copa de vino durante el atardecer porteño.


  Fuente: Felipe Voigt - Marketing, Medios y Comunicación